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jueves, 22 de diciembre de 2011

Nubes de gominola


Alternando un poco la panadería con la pastelería, hoy os traigo una recetas básica de las que gustan a casi todos. Se trata de las nubes de gominola.

Técnicamente es gelatina de fresa ligeramente montada con una varilla y dejada enfriar dentro de la nevera, donde cuaja y adquiere una textura muy similar a las nubes comerciales. Sumamente sencillo y al alcance de cualquiera, con ingredientes básicos que se pueden encontrar en cualquier supermercado de barrio.

Como era de esperar en este blog usaremos harina, aunque muy poca y sólo para el acabado final. Usaremos harina de maíz (Maizena) para que las nubes no se peguen las unas con las otras. No aporta ningún sabor y cumple perfectamente su función.


Necesitamos:
  • Un sobre de gelatina de fresa (el de marca Hacendado trae dos por caja)
  • 6 láminas de gelatina neutra (tanto Paladin como Hacendado traen 12 láminas)
  • 200 gr. de azúcar blanco
  • 200 ml. de agua
  • 1 cucharadita de aroma de vainilla o 2 cucharadas de azúcar avainillado.
  • Harina de maiz (esto sólo un poco al final para que las nubes no se peguen)

Láminas de gelatina neutra
Gelatina de sabor en polvo

Lo primero ponemos los 200 ml de agua en un cazo y metemos dentro las láminas de gelatina neutra para que se vayan ablandando. Lo dejaremos así un par de minutos o lo que recomiende el fabricante.

Láminas reblandecidas tras 2 min. en remojo

Una vez reblandecidas, ponemos el cazo a calentar y con la ayuda de una cuchara vamos ayudando a la gelatina a que se disuelva en el agua. En uno o dos minutos como mucho estará hecho.

Gelatina neutra disuelta

En cuanto la gelatina neutra desaparezca, vamos echando poco a poco el sobre de gelatina de sabor y removemos a la vez para que se disuelva. Seguidamente hacemos lo mismo con el azúcar.

Incorporamos gelatina de sabor y azúcar. Removemos

Una vez disueltos todos los ingredientes seguimos calentando a fuego medio un minuto más, con cuidado de que no hierva. El líquido estará denso como el aceite de oliva, pero poco más. No esperéis un cambio radical de densidad, porque no lo habrá. En cuanto veáis que todo se ha disuelto bien y que al coger un poco con una cuchara no quedan cristales de azúcar, lo retiráis. Con que la mezcla esté homogénea y se haya calentado es suficiente. Justo antes de retirarlo, vertemos el aroma de vainilla o el azúcar avainillado y removemos para que se distribuya bien.

Ahora lo que hay que hacer es esperar a que se enfríe para luego montarlo con la varilla como si de claras de huevo se tratara. Para acelerar el enfriamiento es mejor sacar la gelatina del cazo, que estará caliente y echarla en otro recipiente. Yo lo hecho  directamente al vaso de la batidora, donde luego montaremos la gelatina y así no manchamos más cacharros.

Dejamos enfriar durante 20 minutos

Mientras se enfría, cada 5 minutos lo removemos con una cuchara para que no se empiece a cuajar la gelatina por ningún lado y eso luego pueda crear grumos. Con darle un par de vueltas con una cuchara es suficiente, tampoco os agobiéis.

Una vez fría la gelatina o como mucho algo tibia (nunca caliente), podemos pasar a montarla con la ayuda de una batidora y el accesorio de varilla. Si tenéis un montador o un robot de cocina, mejor que mejor. Si no tenéis ninguna de las tres cosas, no quedará otra que tirar de muñeca y montar la gelatina como si de nata se tratara.

El color cambiará radicalmente en cuanto empecemos a montar y pasará de un granate o rojo intenso a un rosa suave.

Montamos la gelatina con una varilla
Dos minutos montando y tendrá este aspecto

Deberemos seguir montando hasta conseguir una textura parecida a un yogur líquido, de los que se beben (unos 2 o 3 minutos a baja velocidad). Si queremos podemos montar más tiempo, pero aunque tendrá un mayor volumen y por tanto mayor esponjosidad, su textura será menos cercana a las nubes comerciales. Esto es cuestión de gustos. Yo personalmente he probado a montar más tiempo pero el resultado no me acaba de convencer.

Casi es mejor quedarse un poco cortos la primera vez y si eso, la próxima vez que repitáis la receta con el resto de gelatina que queda en los paquetes (justo da para dos veces), montáis más y comparáis el resultado.



Ya solo queda tener un molde o recipiente donde echar la gelatina y meterlo en la nevera para que cuaje. Usad el recipiente que queráis. Tener en cuenta que cuanto más ancho sea el recipiente, menos grosor tendrán las nubes. Yo uso un simple tupper de plástico untado con un poco de aceite de girasol y espolvoreado con harina de maíz (Maizena). Antes de echar la harina recomiendo retirar el exceso de aceite con un papel de cocina, (como si fuéramos a hacer un crepe). Igualmente, retiramos el exceso de harina poniendo el recipiente boca abajo y sacudiéndolo o golpeándolo un poco. 

Este punto es crítico para que la gelatina no se pegue y pueda desmoldarse luego bien. Si tenéis un spray alimentario antiadherente, pues mira, aprovecharlo. Si no, quizás con papel de hornear se pueda hacer algún invento también. Pero vamos, con aceite como toda la vida va bien.


Listo. A la nevera durante 6 horas
Dejaremos la gelatina tranquilamente en la nevera durante al menos 6 horas. Yo suelo dejarlo toda la noche y a la mañana siguiente las corto.

Sacamos el envase de la nevera y desmoldamos. Para ello suelo pasar primero un cuchillo fino por todo el borde del envase para ayudar a separar la gelatina de las paredes, ya que aunque hayamos echado grasa para que no se pegue, la gelatina de por sí es pegajosa en este estado y tiende a hacer ventosa y resistirse a que la saques.

Una vez fuera ya sólo queda cortarla con un cuchillo grande y sin sierra, del tamaño y forma que nosotros queramos. También podéis usar moldes para galletas y cortar las nubes con diferentes y divertidas formas. Si nos molesta la ligera adherencia que tienen las nubes en este momento, podemos espolvorear un poco de Maizena por encima y mágicamente desaparecerá.

Cortamos las nubes a nuestro gusto
Finalmente, aunque no nos haya molestado durante el corte, las nubes estarán algo pegajosas y esto no resulta agradable a la hora de cogerlas para comer, por lo que en vez de ir espolvoreando harina por todos lados, yo lo que hago es echar un poco en una bolsa de plástico y meter las nubes dentro. Un par de menos a la bolsa bien cerrada con la mano y las nubes estarán listas.


Finalmente las ponemos en un escurridor y las sacudimos un poco para que suelten toda la harina posible, ya que aunque no les aporta sabor, si os coméis una con mucha harina en su superficie notaréis el polvillo en la boca y esto no es agradable.


No intentéis echar azúcar en polvo en vez de Maizena, porque aunque al principio pueda parecer lo mismo, la nube acaba disolviendo el azúcar con la humedad y se vuelve de nuevo pringosa. Esto no pasa con la harina de maíz.

Bueno, pues ya está. Chuches caseras. De una forma muy similar se pueden hacer gominolas (las bolitas o los ositos de toda la vida), pero particularmente el resultado no acabó de convencerme. Estas nubes, sin embargo, me encantan.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola! soy compañera de aerobic de tu mujer. He hecho tus nubes de gominola y han triunfado!! están riquísimas. Las hice también con gelatina de naranja pero no quedan tan bien. Me gusta tu blog. Seguiré haciendo tus recetas. Gracias

EnHarínate Fran dijo...

Me alegro que te gustasen.

La verdad es que resulta muy sencillas de hacer y el resultado es espectacular.

Si una vez hechas y frías, las bañas en chocolate de cobertura derretido en el microondas, cuando el chocolate cuaje de nuevo no te puedes imaginar cómo está.

Chocolate crujiente por fuera y la ternura de la nube por dentro.

Pruébalo y ya me contarás.

Anónimo dijo...

Hola aún no las he hecho pero comparando recetas esta estan mejor explicadas y prometen mucho, esta tarde las voy hacer, ya tengo la boca hecha agua, llevaba tiempo buescando esta receta y me parece más interesante que los caramelos de goma, gracias

Yu dijo...

Hola!Acabo de descubrirte.Soy aficionada a la repostería y en particular al fondant que ahora está tan de moda. Lo uso para decoraciones y recubrir tartas como bien sabes, es un ingrediente increible para modelar. Lo cierto es que he probado varias marcas coloreados y blancos para teñir yo misma pero ninguno sabe tan bien como el que hago con nubes. Los comerciales tienen un olor avinagrado que imagino que es debido a los conservantes y luego el sabor es muy artificial. De hecho, los niños rara vez lo comen.Mi pregunta es, se podría hacer el fondant directamente a partir de esta base de receta?

EnHarínate Fran dijo...

Hola Yu, perdona que haya tardado tanto en contestarte, pero últimamente ando muuuy liado.

En cuanto a lo que comentas de usar esta receta para hacer fondant, lo dudo mucho. Ten en cuenta que esto no es otra cosa que gelatina montada como si fuera nata. Si la derrites no obtendrás otra cosa que gelatina de nuevo, que nada tiene que ver con el fondant.

Es cierto que se obtiene un sabor y textura muy similar, pero sus ingredientes se alejan mucho de ser lo mismo.


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