Molde para el pan con tapa y marcas

Hoy os enseño mi última adquisición, un molde para hacer pan de molde de 1kilo, con tapa y marcas que he comprado en El Amasadero. Este molde tiene la peculiaridad de que además de tener tapa y por tanto salir completamente liso por arriba y no abombado por el centro, tiene marcas onduladas en toda su superficie (menos por la tapa), por lo que resulta ideal para cortar luego el pan por dichas guías, sin olvidar claro está lo estético que queda el propio pan con ese diseño.

Este tipo de moldes con tapa tienen además la peculiaridad de que la corteza sale menos crujiente y se tuestan menos que si lo hacemos sin tapar, por lo que se consigue una textura mucho más parecida al pan de molde comercial. Blandito por dentro y por fuera.

Era la primera vez que hacía un pedido a El Amasadero y la verdad, he quedado la mar de contento. En 24 horas desde el momento en que recibieron el ingreso lo tenía en casa. Como lo pagué con PayPal y el dinero les llega al instante, no había pasado ni media hora desde que confirmé el pedido cuando ya estaba recibiendo un email avisándome de que el paquete salía de la tienda. A media mañana del día siguiente ya estaba el mensajero llamando a la puerta. Una gozada, vamos.

Les he comprado muchas más cosas, pero ya os las iré desvelando poco a poco según las vaya probando. Por ahora vamos a hablar sólo del molde con marcas. La verdad es que pesa más de lo que me imaginaba. Esperaba un peso similar a los moldes de las tartas  (de chapa fina, vamos), pero de eso nada, pesa casi 1.150 gr,. No es material de baratillo, ni mucho menos, por algo vale 26 €.

La pena es que antes de usarlo por primera vez le he dado un restregón bajo el grifo y el estropajo debía tener alǵun resto de comida o algo y lo he rallado (aquí lo podéis ver por ejemplo en la tapa). Quiero creer que no haya venido así de la tienda, claro, porque las rayas se notan perfectamente y lo habría visto cuando lo he sacado de la caja, así que tendré más cuidado la próxima vez. Aunque la verdad es que después de usarlo y sacar el pan, el molde estaba casi impoluto por lo que dudo que tenga frotarlo muy a menudo.

El molde de 1Kg a diferencia de el de medio kilo, que no lo trae, viene con una chapa de separación que te permite reducir el tamaño del pan a la medida que quieras hacer o incluso hacer dos panes a la vez poniendo masa a cada uno de los lados, formando así dos panel de molde más pequeños que pudieran ser de medio kilo cada uno, por ejemplo. Por esto, dado que este molde difiere sólo en 3 euros entre el molde de 1 kg y el de medio, yo no me lo pensaría y compraría siempre este, el de un kilo.

Técnicamente es un molde de chapa de aluminio bastante recio, con forma ondulada a ambos lados y en el fondo, y una tapa con agujeros de aireación en el centro, que se sujeta con una presilla longitudinal. El envase en sí no es perfectamente hermético a los líquidos, aunque casi lo consigue. Lo se por que al ir a usarlo y meter dentro la masa he comprobado que estaba helado, así que he pensado en calentarlo un poco echándole agua caliente. Poco a poco el agua se ha ido saliendo por una junta de una esquina. No es que este molde deba ser hermético ni mucho menos, simplemente que como me he percatado de ello, os lo cuento, nada más. No lo toméis como un defecto por que no lo es.

El sistema de sujeción de la tapa me ha sorprendido, ya que es sumamente sencillo pero a la par eficiente. No hay que olvidar que tiene que ser capaz  de soportar la presión de la masa intentando crecer y obligarla a que se expanda por debajo de la tapa hasta rellenar uniformemente todo el volumen del molde, así que debe ser un sistema de cierre robusto. Pero basta con girar y presionar la pletina que hay en el lado opuesto a la tapa sobre ésta última una vez la has cerrado y el sistema queda perfectamente cerrado. La presión que hay que ejercer para encajar y cerrar la tapa es poca, pero lo suficiente para darte cuenta de que eso no se va a abrir por mucho que la masa quiera subir.

El molde venía suelto en la caja, junto con los otros productos, protegido con un papel (bastante abundante por cierto), pero sin ningún hoja con recomendaciones de uso ni con la cantidad de masa apropiada para que el pan al crecer ocupe todo el molde. En la web sólo pone que es el recomendado para un pan de un kilo, pero ¿un kilo una vez horneado, un pan de un kilo de harina...?. 

Lo que finalmente he decidido hacer es una receta de pan de molde básico con 500 gr de harina y luego, una vez terminado el primer levado, comparar con el espacio del molde y si acaso reducirlo una tercera parte (750 gr) con el separador que os decía que trae justo para esto. Pero no ha hecho falta. Como veis en las fotos, el tamaño de la masa con 500 gr de harina ha resultado ser la ideal.

Ponemos la masa tras finalizar el primer levado

Aspecto de la masa antes de meterlo al horno

Como este molde no viene forrado de material antiadherente, le he echado un poco de aceite de girasol y lo he repartido bien con una brocha. Esto ha sido suficiente para que no se pegara, aunque lo de sacar el pan ya ha sido otra historia.

Inicialmente no sabía cómo sacar el pan, porque al ponerlo boca abajo no caía. Le he pegado unas sacudidas boca abajo como suelo hacer con la cubeta de la panificadora pero no ha surgido efecto. Así que he probado de lado para ver si se soltaba un poco. y he podido comprobar que se separaba de los laterales (realmente el pan se ha encogido un par de milímetros con el meneo). Así que lo he sacudido en todas las direcciones y el pan finalmente se ha soltado y ha caído sin problemas. No se si habrá algún otro truco o quizás echando también algo de harina además de grasa, pero vamos, con los pliegues y curvas de este molde, es normal que cueste un poco sacarlo. Seguro que si lo hubiera dejado que se tostara un poco más, al encogerse cuando esto ocurre, se habría separado mejor. Pero vamos, lo prefiero así. No cuesta nada pegarle un par de meneos al molde y el pan sale sin problemas, mejor incluso que con las paletas de amasado de la panificadora dentro.

Al meter el molde frío en el horno no tenía sentido la piedra de hornear, así que la he sacado y he puesto el molde directamente sobre la rejilla en el medio del horno precalentado a 210 grados. Seguidamente lo ha bajado a 190.

Ha estado así 40 minutos. Lo malo es que hacer pan con la masa encerrada en una caja es bastante complicado (sobre todo la primera vez) porque no ves cómo evoluciona la masa, ni cuánto sube, si se ha tostado ya o no, etc. Sólo me he podido fijar en los agujeritos de la tapa y con alivio he ido viendo como se iban cerrando de masa lo que sin duda alguna indicaba que el molde se estaba llenando por completo por debajo. Pasados los habituales 40 minutos más o menos de un pan de estas características y a esta temperatura moderada, he decidido sacar el pan. Al abrir un pelín la tapa he visto ilusionado que estaba el pan hasta arriba, pero según he abierto la tapa más de un centímetro la masa se ha desgarrado un poco (o al menos eso me ha perecido). Decepcionado lo he vuelto a tapar rápidamente y lo he dejado 15 minutos más en el horno.

Pasado ese tiempo (una hora en total) lo he sacado sin pensar (el pan ya tiene que estar, me he dicho). Entonces, al abrirlo, he podido comprobar que la masa no se había desgarrado ni hundido, sino que seguramente en la tapa me había dejado un trozo sin dar de aceite y se había pegado (incluso se ha tostado más por ese punto como veis en la foto de arriba), pero la masa no es que se haya desgarrado como cuando está fermentando, sino que se ha roto por ahí y se estaba levantando un trozo. Nada más. Qué susto.

La parte 'rota' estaba en la tapa y al ser lisa es la que se pone boca abajo, así que el daño no se ve.

Se nota por tanto una barbaridad en cuanto al tiempo de horneado el hecho de que el molde no entre caliente y se tenga que ir calentando con el pan dentro. Tendré que investigar la posibilidad de dejar levar en otro recipiente a parte y justo al final introducir la masa dentro del molde precalentado con cuidado de no desgarrarla. Si no, probaré a hornearlo a 210, a ver qué pasa. Pero vamos, para ser el primero que hago, ¿no ha salido del todo mal, no?

En definitiva, un regalo de Reyes adelantado, que hace que el pan de molde casero esté todavía más bueno pues, como dicen, "comemos por lo ojos" y esta presencia no deja indiferente a nadie. Si además le añadimos que la corteza sale tierna, no puedo decir otra cosa que.... me encanta!.